SINOPSIS
Christopher es un chico con síndrome de Asperger que vive con su padre en Swindon. Una noche descubre el cadáver de Wellington, el caniche de su vecina, atravesado por dos horquillas de jardín. La señora Shears, dueña del perro, llama a la policía, que comienza a interrogar al chico. Christopher empieza a sentirse agitado por tantas preguntas, y uno de los oficiales intenta agarrarle de un brazo, lo que provoca que el chico le golpee y se lo llevan a comisaria hasta que su padre lo recoge.
Christopher decide entonces investigar el caso para limpiar su nombre. Sin embargo, su investigación se ve gravemente limitada por sus temores y dificultades a la hora de interpretar el mundo que le rodea. Durante su investigación, Christopher se verá forzado a entrar en contacto con gente con quien nunca se ha relacionado, a pesar de que viven en su misma calle.
El curioso incidente del perro a medianoche es una novela que no se parece a ninguna otra. Elogiada con entusiasmo por autores consagrados como Oliver Sacks e Ian McEwan, ha merecido la aprobación masiva de los lectores en todos los países donde se ha publicado, además de galardones como el Premio Whitbread y el Premio de la Commonwealth al Mejor Primer Libro.
Cuando me recomendaron este libro lo primero que llamó mi atención fue el título y, finalmente, lo que despertó mi curiosidad fue el hecho de que estuviese narrado en primera persona por un chico adolescente con síndrome de Aspergen, un tipo de autismo asociado a una inteligencia superior a la media.
Es una de las novelas más originales que he leído, no tanto por la trama que desarrolla sino más bien por la peculiaridad de Christopher, su protagonista, que a sus quince años conoce las capitales de todos los países del mundo, puede explicar la teoría de la relatividad y recitar los números primos hasta el 7.507, pero le cuesta relacionarse con otros seres humanos. Si bien nunca ha ido solo más allá de la tienda de la esquina, la noche en que el perro de una vecina aparece atravesado por un horcón, Cristopher decide iniciar la búsqueda del culpable. Emulando a su admirado Sherlock Holmes, sus pesquisas lo llevarán a cuestionar el sentido común de los adultos que lo rodean y a desvelar algunos secretos familiares que pondrán patas arriba su ordenado y seguro mundo.
En mi opinión Mark Haddon, en un relato perfectamente documentado, ha superado con destreza y genialidad el gran reto de introducirse en la mente de una persona con estas características y utilizarla como narrador de una historia tan compleja.
Más que una novela, parece un manual de instrucciones en alguno de sus capítulos, con los numerosos dibujos y gráficos que incluye o las fórmulas matemáticas que el chico utiliza como metáfora de sus propias vivencias.
Con gran pragmatismo y objetividad, y con un razonamiento y unas explicaciones impropias de un muchacho de esa edad, Cristopher nos adentra en su mundo, en el que aplica la lógica, con un estilo directo, conciso y ameno, con ciertos toques de humor y escasos adornos del lenguaje.
Se trata de un libro entretenido que relata una historia, solapada con un drama familiar, bajo la perspectiva del protagonista quien, dadas sus circunstancias, trata de encontrar explicación a lo que ocurre en su entorno de forma coherente y cómo todo lo que se sale de su mundo ordenado y previsible, le hace perder los nervios y le distancia de las personas que tiene alrededor.
Al finalizar su lectura te deja con buen sabor de boca, con la satisfacción de haberte acercado un poco más a un mundo desconocido, a un personaje osado que, con una seguridad inusitada tiene bien asentados y arraigados los principios básicos de su existencia, logrando que los que están a su alrededor se encuentren muchas veces desubicados y no entiendan la finalidad de sus propósitos.
Una importante lección sobre la vida, los valores humanos, la fuerza de los sueños, y las trabas del destino se compendian en este relato sorprendente y original, recomendable para jóvenes y adultos, que os fascinará desde el primer capítulo.