viernes, 26 de mayo de 2017

VIENTO DEL ESTE, VIENTO DEL OESTE, de Pearl S.Buck

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SINOPSIS:


En los años treinta del siglo pasado, una mujer china confiesa sus inquietudes a una amiga occidental, la única que puede comprender las preocupaciones que atormentan su alma.

Obligada a un matrimonio de conveniencia por el sagrado deber de obedecer a sus padres, pronto descubre que su marido, educado en Estados Unidos, defiende unos principios y un modo de vida que se alejan diametralmente de las costumbres y valores consagrados por la tradición china.

Aunque el hombre con el que consintió en casarse era un completo desconocido, muy pronto la joven quedará cautivada por las cualidades de su esposo, y empezará a sentir por él un tierno amor que le ayudará a ir adaptándose poco a poco a los nuevos tiempos.

En esta mujer, en su destino, se encarnan las contradicciones de todo su pueblo, obligado a enfrentar las tradiciones milenarias con un presente inevitable.

Hija de un misionero, PEARL S. BUCK aprendió a hablar chino antes que inglés, pues pasó su infancia y primera juventud en China, el marco donde se desarrolla la mayor parte de las novelas con las que consiguió el Premio Nobel de Literatura en 1938.

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Pocos libros sobre China y sus tradiciones han llegado a mis manos, pero los que he tenido ocasión de leer me han marcado de manera significativa, como Viento del este, viento del oeste, de Pearl S. Buck, del que os voy a comentar mi impresión o El abanico de seda, de Lisa See, quizás por esa diferencia tan abismal entre la cultura oriental respecto a la occidental, sobre todo cuando se mantienen costumbres tan arraigadas y obsoletas a lo largo de tantos años.

Viento del este, viento del oeste es una novela magnífica, una obra escrita con una sensibilidad y una sutileza increíbles, de las que se guardan en la memoria y perduran con el tiempo. Una historia desarrollada en los primeros años del siglo XX  en una sociedad que se mantiene, culturalmente, anclada al pasado y en la que su protagonista se encuentra siempre en la disyuntiva de seguir por instinto a su corazón, o vivir acorde a las creencias del pueblo en el que habita. 

Me ha fascinado, por su delicadeza, por la caracterización de los personajes, pues por momentos te hacen sentir parte de ellos y de sus vidas, pero sobre todo por la descripción tan realista de una época y una cultura con unas costumbres ancestrales hasta el extremo.

En mi opinión es una novela que merece la pena leer, muy bien documentada, con un estilo sencillo, pero a la vez culto y elegante, una obra fantástica que plasma la rigidez de una sociedad cerrada al mundo actual.

Una obra a tener muy en cuenta, en la que Pearl S. Buck desborda estilo y gran conocimiento de todo lo que describe, no en vano ha vivido parte de su vida en China. Primera novela de esta autora, que supondrá un punto de partida para el resto de su magnífica creación literaria, que le llevará a ganar el Premio Nobel de Literatura en 1938.

La novela está narrada en primera persona por el personaje principal, una joven educada para ser buena esposa y madre desde el momento de su nacimiento. Kwei-Lan, que así se llama, como a modo de diario, le cuenta a una amiga sus vivencias, las tradiciones a las que quiere someterla su familia y su experiencia en el matrimonio que acaba de contraer con un hombre que la instruye sobre las ideas equivocadas a las que se aferra y le muestra la concepción tan errónea que tiene de la vida.

Esa rigidez en su educación encuentra resistencia casi a diario en la educación abierta y liberal que ha recibido su marido, gracias a sus estudios en Estados Unidos, lo que conduce a ambos a adaptarse y flexibilizar un poco más sus ideas, así como a armonizar su convivencia diaria, lo que desconcierta a Kwei-Lan, pues descubre que todo lo que le habían inculcado hasta entonces choca con su realidad.

Una auténtica joya que os acercará a China y su milenaria cultura y que, sin duda, os recomiendo.