SINOPSIS
Edie Burchill y su madre nunca han estado lo que se dice unidas. Pero un domingo por la tarde llega a su casa una carta, perdida hace tiempo, con el remite de Milderhurst Castle, en Kent (Inglaterra), y Edie empieza a pensar que la frialdad de su madre oculta algún secreto.
Durante la Segunda Guerra Mundial, la madre de Edie fue evacuada de Londres y acogida por la misteriosa Juniper Blythe en Milderhurst Castle, donde vivía con sus hermanas gemelas y su padre, Raymond, autor del clásico infantil La verdadera historia del Hombre de Barro. El espléndido y enorme castillo le muestra un nuevo mundo en el que descubre la fantasía y el placer de los libros, pero también sus peligros.
Cincuenta años más tarde, cuando Edie busca las respuestas al enigma de su madre, se siente atraída por Milderhurst Castle, donde, ya ancianas, las excéntricas gemelas y Juniper viven todavía.
En el ya ruinoso castillo, Edie investiga el pasado de su madre. Pero hay otros secretos escondidos entre sus muros, y Edie está a punto de averiguar más de lo que esperaba. Lo que realmente sucedió en las horas distantes ha estado aguardando mucho tiempo a que alguien lo desvelara.
Todas aquellas personas que seguís mi blog sabéis que soy de la opinión de que debemos dar una segunda oportunidad a un escritor pues, aunque la primera novela que leamos no nos convenza demasiado, la segunda puede superar con creces nuestras expectativas.
A pesar de que con este libro he descubierto a una Kate Morton diferente, más amena y cautivadora, en una narración con una trama absorbente, con una prosa tan hermosa como brillante, sigue siendo una autora que no me convence demasiado.
Aunque Las horas distantes es su tercera novela, es la segunda que yo leo de esta escritora australiana.
Por lo que he podido comprobar sus relatos tienen muchos factores en común, siguen un mismo patrón y se asemejan en muchos aspectos, como el hecho de que predominen las mujeres entre sus protagonistas o que incluyan inconfesables secretos de familia como eje argumental, cuya semejanza da la sensación de que estás leyendo el mismo tipo de novela pero con distinto escenario, y el factor sorpresa realmente no existe.
En ambas narraciones hay una clara alusión a distintos tiempos cronológicos, alternando el presente y el pasado, entrelazando la trama, aunque esto queda más patente en El jardín olvidado, y será nuevamente un personaje femenino quien se encargue de averiguar lo que tanto martiriza a una familia.
El eje central de la historia en este caso es un castillo (en El jardín olvidado era una casa, con su jardín) que casi cobra la misma importancia y el mismo protagonismo que los personajes principales, recibiendo una descripción tan detallada que parece que le confiere vida propia, transmitiendo la creencia de que tiene "sentimientos" casi humanos.
Me ha gustado bastante este relato, sobre todo porque no "baila" tanto entre el presente y el pasado como en El Jardín olvidado, facilitando que no te pierdas con la narración y, aunque es un libro denso, 627 páginas, cuenta con una letra aceptable, por lo que resulta bastante cómodo de leer.
Pero insisto: Kate Morton, definitivamente, no se encuentra entre mis escritoras preferidas y no me atrae en absoluto leer otra novela suya, me parece poco original y la trama de sus historias muy repetitiva.