SINOPSIS:
Rampur, la India, 1995. Charlotte Bridgewater vive con su padre, un militar británico retirado, y con un único y fiel sirviente en una antigua y destartalada mansión que evoca la decadencia del antiguo Imperio británico en el país. En tiempos mejores la casa había acogido fiestas lujosas, pero en la actualidad Charlotte apenas tiene recursos para sobrevivir.
En 1946 Madan es un niño mudo que ha crecido como mendigo en las calles de Bombay, sin conocer sus orígenes ni las razones de su desamparo. Sin embargo, gracias a un don casi mágico para la costura, se convierte en un prodigioso sastre que confecciona las mejores prendas de todo el país.
Años más tarde, los destinos de Charlotte y Madan se cruzan y se establece entre ellos de inmediato una extraordinaria comunicación que los llevará al descubrimiento de un lejano pasado.
Una historia de amor inolvidable, con un final increíble, abrumador (Westerhof)
Una novela magníficamente escrita que transporta al lector a los sugerentes paisajes de la India en distintas épocas del siglo XX.
Respecto a la prosa, se puede decir que está muy bien trabajada, culta, con buenos registros, aunque poco ágil, lo que ralentiza un poco toda la narración.
A pesar de todo, el argumento es muy bueno y atrayente, y los personajes principales (Charlotte y Madam) son entrañables, aunque perseguidos por un halo de tan mala suerte que a veces resulta deprimente.
Me ha parecido fantástica la descripción que la autora realiza de la India y sus costumbres, la idiosincrasia de sus habitantes y la forma en que los colonizadores entienden y empatizan con este maravilloso país. Una labor de gran meticulosidad donde Thress Anna nos muestra un escrupuloso trabajo de aproximación a esa cultura, pero en general con poco dinamismo para mi gusto.
Al avanzar en su lectura, me daba la impresión de que, con cada nuevo capítulo crecía mi curiosidad por descubrir si en el siguiente se resolvía algo más de la trama, pero una y otra vez me encontraba con el mismo ritmo exento de novedades.
Si a esto le añadimos el hecho de que la autora alterna los sucesos de Charlotte y Madam en distintos capítulos, con cronologías diferentes, lo que consigue es que el lector se pierda un poco en los tiempos y en la historia hasta que se acostumbra.
Si a esto le añadimos el hecho de que la autora alterna los sucesos de Charlotte y Madam en distintos capítulos, con cronologías diferentes, lo que consigue es que el lector se pierda un poco en los tiempos y en la historia hasta que se acostumbra.
Tampoco puedo decir que no recomiende su lectura, pues es una novela muy bien escrita, con una prosa sencilla, culta y muy armoniosa en su conjunto, pero la historia en sí me ha parecido un tanto lenta.
Bajo mi punto de vista, una buena forma de agilizar la narración y mantener la expectación hasta el final, sería acortar ciertos capítulos e intercalar sucesos imprevistos en capítulos alternos, pues la trama resulta bastante previsible, incluido el final.
