EL ARDOR DE LA SANGRE, de Irène Nèmirovsky

SINOPSIS:

La reciente publicación en Francia de esta nueva obra inédita de Irène Nèmirovsky ha vuelto a situar la obra y la azarosa biografía de esta gran autora en el primer plano de la actualidad. Descubierto por los actuales biógrafos de Nèmirovsky, el manuscrito había permanecido perdido y olvidado entre los papeles de su editor de la época. Novela intimista y conmovedora, El ardor de la sangre constituye todo un hallazgo que confirma a Irène Nèmirovsky entre los autores europeos más destacados del siglo XX.

Todo ocurre en una tranquila villa de provincias francesa, a principios de los años treinta. Silvio, el narrador, ha dilapidado su fortuna recorriendo el mundo. A los sesenta años, sin mujer ni hijos, sólo le queda esperar la muerte mientras se dedica a observar la comedia humana en este rincón de Francia donde, aparentemente, nunca sucede nada.

Un día, sin embargo, una muerte trágica quiebra la placidez de esa sociedad cerrada y hierática. A partir de allí, emergen uno tras otro los secretos del pasado, hechos ocultados cuidadosamente que demuestran cómo la pasión juvenil, ese ardor de la sangre, puede trastornar el curso de la vida. Como en el juego de las cajas chinas, las confesiones se suceden hasta llegar a una última y perturbadora revelación.

Con un tono intenso y sosegado, Némirovsky utiliza el espejo sereno y frío de la edad madura para reflejar el impulso fogoso y los excesos de la juventud, en agudo contraste con el sofocante ambiente provinciano de sobreentendidos, sospechas y silencios que la autora describe con esa particular mezcla de lucidez y compasión que caracteriza su obra.

¡Fascinante novela! Me ha gustado muchísimo, incluso más que la primera vez que la leí, hace un par de años. "El ardor de la sangre" es la típica historia que se relee con el paso del tiempo y vuelve a encandilar.

En mi opinión, Iréne Némirovsky maneja el lenguaje como pocos y, si bien la trama no reviste mayor originalidad, la autora, a través de una prosa cargada de emoción y a la vez sencilla, nos adentra en lo más profundo de unos personajes con los que se encariña uno desde el principio.

Aunque el narrador, que en este caso es el protagonista de la obra, parece tomar mayor presencia y protagonismo que el resto, me ha encantado la manera en la que la autora no resta importancia a ninguno de los demás personajes.

Me ha sorprendido cómo una historia que comienza sin despertar mayor interés, toma peso y fuerza a medida que avanzamos en su lectura, al tiempo que la autora va desgranando una trama de enredos familiares y amores prohibidos.

Resulta fascinante descubrir la intención de Irene Némirovsky  por desvelar, capítulo a capítulo, el motivo por el que ha elegido el título del libro "El ardor de la sangre", pues resulta muy acorde con la historia que narra, a la vez que sugiere fuerza y determinación. 

Quizás porque la narración me incitó a sumergirme en la novela casi sin darme cuenta, pues su prosa "cercana y pausada" te adentra y mimetiza con cada uno de los personajes enseguida, descubrí al finalizar el libro que me hubiese gustado un final menos previsible y precipitado.

En cualquier caso, recomiendo la lectura de esta obra estupenda, donde el tono vehemente, apasionado, de la prosa que distinguen el estilo de Iréne Némirovsky, aflora en cada una de sus páginas.